2018

¡Café para el alma y los sentidos!

Llevo una excelente relación con mi café matutino, suelo prepararlo de distintas formas y lo he hecho para mi compañero desde el inicio de la jornada diaria y en mis primeras horas de trabajo.
Prepararlo cada mañana es todo un acontecimiento de modernidad y expresiones muy mías… Tomo café por herencia y mi favorito es un negrito mañanero con pan de agua recién hecho. Hace unos días decidí tomarme mi acostumbrado café en una estrecha intimidad conmigo misma, sin noticias, sin un libro, sin prisa, sin música y sin teléfono.
Me senté en mi lugar favorito y decidí extasiada disfrutar el sabor inigualable de cada trago.
Con sonrisa a flor de labios pude haberle puesto nombre o fijar emociones en cada sorbo… Era de madrugada, como cualquier día entre cuatro y cuatro y quince, hora a la que suelen comenzar mis días. Cómo disfruto cuando todos duermen y solo se puede escuchar el sonido del adiós de la noche que toca armónicamente para darle la bienvenida a la mañana. Es un susurro extraño entre uno y otro que está cargado de una magia que envuelve, nubla, atrae y te hacer volar en pensamientos y sueños… No es fácil madrugar, pero a mí me conecta con mi interior y me ayuda a recargar energías.
Una de las cosas que aprendí en mi soltería prolongada y disfrutada fue a valorar mis momentos de soledad y hoy en día no lo negocio con nadie, pues es donde hago “click” conmigo misma, donde la intimidad provoca mis reflexiones y suelo viajar entre mis más gratos recuerdos o mis más grandes metas. Hay ocasiones en las que estoy tan inquieta emocionalmente que es ahí donde encuentro paz y enlazo alma, cerebro y corazón.
He descubierto que cada acción cotidiana tiene su atractivo, los cuales solo apreciamos cuando ya no podemos hacerlo o verlos. Te invito a ser dueño de tu propia historia, a ser el verdadero protagonista de lo que vives y luego querrás contar. Debemos volver a lo simple, a vivir el lujo de regocijarnos en todas las cosas que tenemos, sin la presión de lo que queremos. Es justo ahí cuando debemos encontrar el sentido en cada una de nuestras acciones.
Nada satisface más como hallar valor en cada escenario donde nos desenvolvemos. Los seres humanos tenemos un motor interno que funciona con un combustible que se carga con emociones, necesidades, deseos y sueños. Hay que ir por la vida sin miedo a fracasar, experimentando el dolor de una caída y la satisfacción de poder levantarnos y continuar, porque es así como nos damos cuenta que todo hecho tiene un sentido positivo y amargarnos puede robarnos los instantes más preciados, porque los seres humanos estamos hechos de momentos, no de jornadas. Los días grises tienen tanto valor como los de sol, solo basta encontrarle el encanto.
Alejarse de todo y de todos, tiene su gracia, así que abrazarte a ti misma tiene sentido porque a veces necesitamos respirar profundo, llorar en silencio, reír a medias o simplemente pensar.
Nadie sabe cuál es la receta de la felicidad, yo a la mía le pongo café cada mañana y agradezco a Dios mi despertar, porque de algo estoy segura, nada es tan importante como la libertad de ser y hacer.

13 de abril

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